A
Teresa Durán Pérez
Desde
la ruralidad de su origen en Nueva Imperial y formación en la
Araucanía, Teresa ingresa al mundo universitario para formarse como
trabajadora social, y luego se fortalece y amplía participando en la
Sede Regional Temuco de la Pontifica Universidad Católica, del
Programa de Estudios Antropológicos del Centro de Estudios de la
Realidad Regional, fundado por Milan Stuchlik, nacido en Austria
(Viena) y formado en Checoslovaquia (Praga). Es a través de su
maestro que estudia desde 1975 el Doctorado en Antropología, en la
Universidad de Queen en Belfast, Irlanda del Norte
A
su vuelta a Chile, la carrera de Antropología había sido cerrada en
el contexto de la dictadura, pero no obstante permanece activa y
coordina por casi una década el Centro de Investigaciones Sociales
Regionales (CISRE) de la PUC, sede Temuco, fundado en 1983.
Cuando
se reabre la carrera en 1992 es su Directora por algunos años, para
luego dirigir el Centro de Estudios Socioculturales en la ya autónoma
Universidad Católica de Temuco.
Durante
toda su vida se hizo muchas preguntas y trató de responder algunas.
A mediados de los años 90 Teresa se hacía preguntas acerca de “¿Qué
tipo de educación para la población mapuche en Chile?”1
y se
las respondía mediante un exhaustivo y persistente trabajo, que bajo
la modalidad de presentaciones en Congresos y publicaciones, quedaron
como referencias.
Respecto
de las condiciones del pueblo mapuche en la sociedad estatal chilena,
es enfática al señalar su crítica a “la
política integracionista chilena que atribuye hoy a la sociedad
mapuche el carácter de ‘etnía’ y ‘población indígena’,
denegándole por tanto, el status de pueblo y/o nación”2.
Ante
lo cual exige que la práctica antropológica deba “resolver
antes que nada una cuestión de tipo ético, de modo que ese quehacer
tenga algún sentido social tanto para los involucrados o nominados,
como para el propio sujeto practicante, en sus respectivas
condiciones de persona”.3
Y
en la misma década, sistematizó su experiencia elaborando una
perspectiva meta antropológica, que la conceptualizó como
“convivencia
intercultural históricamente determinada”
con el inclaudicable propósito de superar “los
límites estrechos de la intolerancia prejuiciada o de nuestras
incapacidades”.4
Propone
y nos propone una antropología crítica intercultural, nada más…
y nada menos.
Muy
consciente de la responsabilidad en la formación de antropólogas y
antropólogos, labor que inició a mediados de los 70, siguiendo la
trayectoria de Milan Stuchlik y Adalberto Salas, y que continuó
hasta sus últimos días, nos aporta a fines de los 90 con sus “Notas
desde la experiencia local”,
en una reflexión sistemática acerca de lo sucedido en la carrera de
antropología en la Universidad Católica en Temuco desde 1971 a
1996, respecto de “Los
Sustentos de un Curriculum para la Formación en Antropología”,5
en una polémica abierta y franca con las decisiones administrativas
universitarias del último período (1996 en adelante), señalando
con énfasis:
“se
vivió una manipulación intencionada de una supuesta discusión
epistemológica –nunca sistematizada- en aras de lograr el poder de
la administración de un currículum de Antropología”.
Y para que no quedase duda alguna, pregunta a los presentes: “¿puede
la tendencia teórica personal de uno o dos miembros de un equipo-sin
tradición conocida- definir un currículum de enseñanza en
Antropología?”
6
Reafirma el criterio que “todo
proceso cotidiano y trascendental debe fundarse en la ética
profesional, tradición a la que ningún quehacer científico puede
renunciar”.7
Es
quizás uno de los escritos donde se hacen más evidentes sus
posturas y sus opciones, maduradas por una rica e intensa
experiencia, no exenta de sinsabores, desengaños y frustraciones.
Y
sin darnos aliento, tres años más tarde, en 2001, continúa esta
praxis reflexiva, para postular -inaugurando el nuevo milenio- una
“Propuesta
teórica de antropología interactiva”,8
en “nuestros
contextos multiculturales”,
para superar una “Antropología
disciplinariamente disgregada, no suficientemente fundamentada,
tardía en el estudio teórico de vinculación con la sociedad, , y
laxa en la formación ético social del antropólogo”9
No
nos podía sorprender entonces que en muchos de sus escritos y
presentaciones estuviese junto a profesionales y sabios mapuche, o
con nuevas generaciones de colegas formados en la interacción
dialógica10,
señalando en conjunto que, las posibilidades de comunicación
entre actores diferentes “podrían ponerse en actitud de diálogo sólo en la medida en que el enfoque antropológico se ponga al servicio de facilitar tal intercomunicación”.
entre actores diferentes “podrían ponerse en actitud de diálogo sólo en la medida en que el enfoque antropológico se ponga al servicio de facilitar tal intercomunicación”.
Más aún, cuando en abierta sintonía con tendencias presentes en la antropología brasilera y mexicana, se señala en un tono de Manifiesto que “el antropólogo tiene que disponer de un dispositivo filosófico que otorgue sentido a su quehacer, del mismo modo que plantee y promueva propuestas que, siendo derivadas de la interacción profunda con los actores sociales,
permita un horizonte de cambio sociocultural en el tiempo”.
Y
finalizando la primera década del nuevo siglo, en una práctica ya
habitual de co-autorías, el énfasis reflexivo desde la localidad se
aplica para examinar “la
planificación del desarrollo”11,
poniendo al descubierto las limitaciones estructurales de este, dado
que estos procesos están “en
un aparente callejón sin salida: se requiere participación
ciudadana, pero hay déficit de espacio público”,
frente a lo cual se manifiesta reiterativamente la confianza en “el
potencial de la interdisciplina y del interlogos, que diseñados
desde la puesta en común de fundamentos éticos, sociales,
disciplinarios y profesionales permitirían no solo abordar la
complejidad inherente a la vida social, sino diseñar estrategias de
intervención pertinentes a los problemas sociales identificados”12
Podemos
decir de y con ella: se trata del pensar como acción reflexiva y
propositiva, y de actuar con responsabilidad en la formación vivida
como vocación.
Roberto Morales Urra
Secretario
del Colegio de Antropólogos de Chile. A. G.
Abril
2011-2012 Chile.
1
Corresponde
al título de la ponencia presentada en el simposio “Aportes
de la antropología a la educación en las áreas indígenas de
Chile”,
en el II Congreso Chileno de Antropología, realizado en la U.
Austral de Chile, Valdivia 6-10 Noviembre 1995. Publicado en Actas
II Congreso Tomo II: 774-785
2
En Actas II
Congreso Chileno Antropología, T I: 439. Corresponde a la ponencia
“Experiencias
en torno a una convivencia cultural históricamente determinada”,
en el simposio Antropología y Pueblos Indígenas.
3
Idem
anterior, p. 440
4
Idem
anterior, p.436
5
Ponencia
a la mesa redonda “Historia de la antropología”, coordinada
por Juan C. Skewes y en la cual Teresa Durán testimonia
reflexivamente junto a Bernardo Berdichewsky y Edgardo O.
Galsbursky, realizada en el III Congreso Chileno de Antropología,
en la U. Católica de Temuco, 9-13 Noviembre 1998. Publicado en
Actas del 3ª Congreso Tomo I: 193-199
6
En Actas
del 3ª Congreso Tomo I: 197
7
Idem anterior, página 198
8
El
título de la ponencia es “Antropología
Interactiva ¿Superación del quiebre teoría-práctica?: Un desafío
para la enseñanza de la Antropología”,
en el simposio La Antropología Aplicada y los Estudios Regionales,
del 4º Congreso Chileno de Antropología, realizado en la U. de
Chile, Santiago 19-23 Noviembre 2001. En Actas 4º Congreso, Tomo
II: 840-851
9
En
Actas 4º Congreso, Tomo II: 850
10
Como en las
ponencias “Conocimiento,
Ecosistema e Interdisciplina en Territorio Lafkenche, IX Región,
Chile”,
junto a Héctor Mora y Marcelo Berho, presentada al simposio
Antropología, Territorio y Sustentabilidad; y con Noelia Carrasco y
Marcelo Berho, en “Reflexividad
y Contexto en el Quehacer Antropológico”,
al simposio Encuentros y Desencuentros: Entre la Alteridad y la
Identidad de la Antropología Chilena”, en el 5º Congreso
Chileno de Antropología, San Felipe, 8-12 Noviembre 2004. En Actas
5º Congreso, Tomo I : 428-435 y Tomo II: 994-1001
11En
la ponencia “¿Indicadores
de Desarrollo? Reflejos Etnográficos de la Planificación del
Desarrollo en Comunas de la Región de la Araucanía”,
en co-autoría con Noelia Carrasco y Mario Samaniego, para el
simposio Antropología del Desarrollo: Perspectivas Disciplinarias
Contemporáneas, en Actas 6º Congreso Chileno de Antropología,
Tomo II: 1858-1864
12Actas
6º Congreso Chileno de Antropología, Tomo II: 1863
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